Y nunca mejor dicho y titulado porque la ruta o mejor rutaca fue de espanto, entre las perdidas y vuelta atrás que nos hizo dar el Tomtom de Quique y las carreteras de tercer orden o pistas forestales por las que nos metió, salimos hartos de dar vueltas y el que suscribe hasta mareado como si hubiera pasado todo el día subido a un tiovivo de feria.
Para que os hagáis una idea, salimos Quiquín y el menda a la mañana temprano de cerca de Valencia, mas o menos de Sueca, para ir a Carlet, nada unos 10 km, pues me llevó por lo que denominé la "Ruta de los Polígonos", dando mas vueltas que un molino, total una hora aproximadamente y unos 25km. Eso sí siguiendo al Tomtom del Quique.
Allí en Carlet, no encontramos con Hauvgan que ya estaba hasta los ous de esperar por nosotros.
La primera parada fue en Ontiñent.
De allí a Almansa, no os puedo decir por donde me llevaron, pero sí que les costó un par de intentos el llegar, una vez mas el Tomtom del Suecano se calentaba.
Después de hacernos unas foticos y tomar una cerveza y una tapa, salimos con la intención de comer en la siguiente parada, debían de ser ya las 14h. y yo pensé bueno unos 20 km/20 minutos y comemos.
Salimos por la N-330, por Cofrentes y tomamos dirección a Cortes de Pallas por una pista por la que no ha pasado un vehículo con ruedas desde que Franco hizo la mili y ahí ya me planté y les hice dar la vuelta, hasta dar con un pueblecito de nombre raro que no aparece ni en el mapa y a la primera persona humana que vimos desde Almansa, le pregunté por un sitio donde poder comer algo y suerte que dimos con uno y una gente maravillosa, eran las 16h. mis tripas gritaban y se revelaban impidiéndome el seguir conduciendo a mi "Rubia".
El sitio, del que aún no me queda claro si era un bar, un albergue o el ambigú de una estación de tren por la que hace siglos que no pasa uno.
Ahora sí, merece la pena volver aunque solo sea por pasar un rato con sus dueños.
Llegamos justo cuando estaban recogiendo los platos de la mesa, donde se vislumbraba, por los restos, que habían dado cuenta de una estupenda paella casera el matrimonio regente y sus tres hijas, a cual mas oronda e inquieta con nuestra llegada y que no cesaban nerviosas de manipular sus teléfonos móviles mandando mensajes, como si en cualquier momento fuera el último antes de que se los arrebatasen de las manos.
La verdad que después de disculparse la señora por no tener mas granos de arroz para podernos servir un plato, nos prepararon un ensalada y unos bocadillos, que con el hambre que atesorábamos nos supieron a gloria.
Arrancamos con dirección a un pueblo que decía Quique, para el que teníamos que dar una vuelta extra y por supuesto abortamos tal propuesta, decidiéndonos por tomar la ruta más directa para nuestros destinos.
Pasamos por sitios y pueblos por los que yo dudo que pase nadie; es decir, que me llegué a preguntar en muchas ocasiones si después del político de turno que fue a su inauguración, habría pasado algún otro vehículo.
Para que os hagáis una idea, Dos Aguas, Millares, Bicorp, entre estos unas cuantas horas de moto y unas decenas de kilómetros, os juro que no vi a ningún ser viviente, excepto una imagen que se me quedó gravada en el alma, una pareja de jóvenes de aspecto desaliñado, con tres criaturas de corta edad andando por la carretera, ayudando a dos borricos a tirar de un carrito, donde se suponían que llevaban todas sus pertenencias y forma de vida.
Cuando por fin llegamos al destino, no sin antes perdernos otro par de veces, hasta incluso llegar a tomar una carretera muerta cerrada al tráfico y tener que desandar lo andado, serían las 22h. cansados, hartos de curvas y hasta los güevos del Tomtom de Quique.
En fin que mejor que un vídeo para que viváis lo relatado.
[BBvideo 560,340]https://www.youtube.com/watch?v=5TCnvZ9 ... k-Ls-O9eIQ[/BBvideo]


